Tras el accidente ocurrido hace nueve meses (28-Abril-2.011) la historia se vuelve a repetir de una manera similar: tren de Rodalies alcanza la cola de un Talgo en la zona curva que hay en el trayecto entre las estaciones de Clot y Arc de Triomf a pocos metros de la salida de la estación del Clot en Barcelona.
Los responsables de Adif, que es la empresa responsable de la infraestructura y de la gestión de la circulación ferroviaria no han buscado una solución para evitar los accidentes e incidentes que se producen en este punto negro del sistema ferroviario de las Rodalies de Barcelona, a pesar de conocer de sobra su demostrada peligrosidad.
La red ferroviaria de Barcelona está saturada, dado que en los últimos años no se han hecho las necesarias inversiones para modernizarla, ni en forma de nuevas líneas ni de inversiones en sistemas de seguridad que se deberían instalar en las vías y los trenes: el antiguo ATP (Protección Automática de Trenes) o el moderno ERTMS (Sistema de Gestión de Tráfico Europeo) brillan por su ausencia en nuestra red de “ Rodalies de Catalunya”.
Mientras nuestros políticos cobran estrepitosas dietas para el desplazamiento a sus reuniones sin solucionar los problemas de ciudadanos y trabajadores, las personas de “a pie” padecemos cada día los resultados de su gestión, con el riesgo a veces de la vida, o la salud y en un continuo calvario de retrasos y trastornos que desde hace años ni cesa, ni lleva camino de acabar.
Debe añadirse, que gran parte de la responsabilidad la tiene el propio diseño del sistema ferroviario, basado en la fragmentación empresarial, buscando la liberalización, la privatización y el beneficio de accionistas y financieros, en lugar de la seguridad, la coordinación de las actividades ferroviarias y el aprovechamiento de los recursos existentes.
Desgraciadamente siempre nuestra memoria evoca la escena de la película de La Cuadrilla de Ken Loach, donde tras el descarrilo de un tren, los responsables de una variada corte de entidades y empresas varias, analizan el accidente a ver como eluden responsabilidades en el suceso, en lugar de buscar que este nunca más vuelva a ocurrir.
Desde CGT reclamamos soluciones inmediatas a todos los responsables de la gestión ferroviaria, para evitar daños irreparables, pero no olvidamos que el calvario que padecemos los usuarios y trabajadores del ferrocarril pasa por cambiar las políticas ruinosas que a nuestros gobernantes tanto les gustan.
