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Salut Mental de Santa Coloma Gramanet sigue desbordada.

Desde hace más de 10 años la situación del Centro de Salud Mental de Adultos (CSMA) de Santa Coloma de Gramenet, que gestiona el Consorci Parc de Salut Mar, empeora dado que cuenta con poco personal para dar cobertura a la atención especializada a nivel comunitario en salud mental.

La plantilla del CSMA en proporción a la población que se atiende en el centro (población adulta de referencia de 101.164 hs en 2023 según la Central de Resultados de la Generalitat de Catalunya) están muy por debajo del sector con lo que las listas de espera se han disparado llegando a programarse visitas preferentes a 6 meses vista y de seguimiento a 8 meses vista. Los datos de la Central de Resultados indican que en los últimos años ha decrecido el número de visitas de personas con diagnósticos de trastorno mental severo como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y el trastorno obsesivo-compulsivo. Y es porque mientras aumenta el porcentaje de personas que se visitan y de programas que el Departament implementa, el personal siendo el mismo, si no menos.

Según los datos del mapa sanitario a los que hemos tenido acceso si se requieren un total de 7,2 psiquiatras, 5,7 psicólogas, 5,7 enfermeras y 2,4 trabajadoras sociales para 100.000 habitantes, el CSMA de Santa Coloma contaría solamente con 5 psiquiatras, 3,4 psicólogas, 2 enfermeras y 1,6 trabajadoras sociales. Estos datos sin contar que hay trabajadoras de baja o permisos largos que no se cubren nunca, con lo que la realidad es aún más precaria.

Las secciones sindicales de CGT y FTC/IAC han denunciado en varias ocasiones la sobrecarga de la plantilla del centro ante Inspección de Trabajo que ha requerido varias veces a realizar mejoras para evitar la sobrecarga. También se ha instado al CatSalut a promover medidas que aseguren la atención equitativa, digna y de calidad de los usuarios afectados. Sin embargo, tanto el Consorci Mar Parc de Salut como el CatSalut se ponen de perfil ante la realidad del déficit estructural de trabajadoras.

Por otro lado, se suma que la plantilla se ha quejado en distintas instancias sobre las condiciones del local donde se realizan las visitas. Un local que fue cerrado en 2014 por las condiciones insalubres cuando se ubicaba ahí el centro de Asistencia a la Salud Sexual y Reproductiva. En 2019 el ICS lo cedió al consorcio para trasladar la actividad en salud mental. Desde entonces se han repetido las plagas de cucarachas, moscas y mosquitos y ratones, siendo habituales las pulverizaciones con productos insecticidas. Además, se trata de un local sin luz ni ventilación natural con un olor desagradable continuo y en el que ni siquiera hay despachos para todo el personal del centro.

Las secciones sindicales de CGT y FTC/IAC denuncian que el discurso de la salud mental es una hipocresía si no va acompañada de los recursos tanto materiales como de trabajadoras para poder prestar la asistencia que tan necesaria es. Esa hipocresía se hace más evidente en una ciudad como Santa Coloma de Gramenet, donde el Ayuntamiento, liderado por el PSC con mayoría absoluta, ha mostrado su pasotismo ante una situación que conocen por información directa e indirecta desde hace años. Mientras tanto, otros CSMA en Barcelona o Badalona sí tratan de cumplir con los estándares que los propios responsables de la salud mental catalana deciden.

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