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CAPSULA 3: SINDROME POSTVACACIONAL

CAPSULA 3: SINDROME POSTVACACIONAL

Cuando acaba el verano, en la tele y en la prensa solo véis información sobre el conocido como «síndrome postvacacional» e incluso consejos de expertos para evitarlo o reducirlo. Pero puede que a algunos de vosotros les hayan chirriado un poco esas informaciones. ¿Eso del síndrome es
que tú eres un vago que se pone malo por trabajar o es que tu empleo es una put* mier** en condiciones ilegales?

Según el diccionario de la RAE, un síndrome es un «conjunto de síntomas característicos de una enfermedad o un estado determinado.» Según Wikipedia, el supuesto síndrome postvacacional «se puede definir como el estado que se produce en el trabajador al fracasar el proceso de adaptación entre un periodo de vacaciones y de ocio con la vuelta a la vida activa, produciendo molestias que nos hacen responder a nuestras actividades rutinarias con un menor rendimiento». Ese estado que se produce en el trabajador es de «malestar genérico, con síntomas tanto psíquicos como físicos, afectando principalmente a personas jóvenes, menores de 45 años». Califican este síndrome no como una enfermedad sino como un trastorno adaptativo «cuya característica esencial es una respuesta psicológica a uno o varios estresantes identificables que comportan la aparición de síntomas emocionales o de comportamiento clínicamente significativos.» Indican que su tratamiento «se basa principalmente
en la psicoterapia, acompañada a veces de fármacos en el tratamiento sintomático de las complicaciones.»

En resumen, definen este supuesto síndrome como si dijéramos que fuera por culpa tuya o al menos como un problema tuyo, porque «fracasas» al adaptarte de nuevo al trabajo tras finalizar las vacaciones. Aún encima, produce que tengas un menor rendimiento, que ya se sabe que los trabajadores on la principal
dificultad que tienen los empresaurios españistanos cuando luchan para levantar el país. Por ello añaden que para curarte tienes que hacer psicoterapia y tomar medicación, porque dicen que el problema es tuyo y por tanto eres tú quien tiene que curarse. En resumen, que eres poco más o menos igual que
un crío de 8 años que llora cuando tiene que volver al cole en septiembre, porque no le gusta madrugar ni hacer deberes y lo que quiere es jugar todo el día con la consola e ir a la piscina.

Lo mejor de todo son los consejos profesionales para evitar o paliar el síndrome que cualquiera puede encontrar en internet. Como dicen que la sanidad privada es mucho mejor y más eficiente, veamos como ejemplo los consejos que cierta empresa importante del ramo ofrece en su web:

  • «Programar el regreso con antelación. No es aconsejable volver de tus vacaciones justo el día antes de la reincorporación al trabajo. Es importante contar con uno o dos días no sólo para poner orden de maletas en casa, sino para prepararte mentalmente de la vuelta a tu lugar habitual, a una rutina asociada con el trabajo.
  • Respetar las horas de sueño. Lo habitual durante el periodo vacacional es alterar las horas de sueño, ya sea por exceso o por defecto. En este sentido los expertos recomiendan empezar a dormir 8 horas un par de días antes de la vuelta al trabajo. Es importante regularizar el ritmo del sueño ya que, una alteración prolongada del mismo, puede afectar tanto a la salud como alrendimiento en el trabajo.
  • Moderar el consumo de alcohol y cafeína. El alcohol es un depresor del sistema nervioso, por lo que puede agudizar los síntomas del síndrome postvacacional, mientras que la cafeína, presente en el café y otras bebidas, es un estimulante que puede aumentar la sensación de estrés o ansiedad. Por tanto, es recomendable moderar o incluso evitar su consumo en lo posible.
  • Actividades de ocio y deporte. Organizarte de tal manera que al regresar del trabajo también puedas dedicar una parte de tu tiempo para realizar las actividades de ocio o deporte que más te gustan, te ayudará a desconectar los primeros días de más agobio. Además, la actividad física libera endorfinas, las hormonas que proporcionan sensación de optimismo y bienestar.
  • Alejar los pensamientos negativos. Es normal que durante los primeros días nuestra mente tienda a ocuparse de pensamientos negativos o estresantes como «todavía no he respondido todos los correos pendientes», «tengo que preparar la reunión de mañana», «no he encargado los libros del cole de los niños», etc, etc, etc. En esos momentos de agobio, que lo único que consiguen es incrementar la ansiedad y la sensación de falta de control, lo mejor es tomarse un pequeño descanso de cinco minutos. Además, al terminar lajornada, te ayudará revisar todas las tareas realizadas durante el día y pensar en lo mucho que te ha cundido. «

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