NUEVA CONCENTRACION EN HOSPITAL QUIRON

El convenio de la sanidad privada que regula las condiciones de trabajo de diferentes centros sanitarios (Teknon, Dexeus, La clínica del Pilar, Hospital Quiron, Sanitas CIMA, Delfos o Clínica Corachan, por enumerar algunas) precariza a las plantillas e impone jornadas maratonianas de hasta 1734h/año el personal de día y 1714h/año el personal de noche.
El equipo de enfermería (TCAE y DUE) puede llevar hasta 24 pacientes (en la Sanidad Pública se llevan entre 8 y 12) y en UCIS también el doble que en la Pública. Para los auxiliares sanitarios la carga de trabajo es aún mayor.
Los salarios son indecentes, somos personal sanitario y atendemos la misma población, sin embargo, se nos trata como personal asistencial de segunda.
Los conceptos como vacaciones se “planifican” prácticamente a gusto del empresario y los asuntos propios y la conciliación familiar es casi inexistente.
La pandemia del COVID-19 no sólo ha puesto de manifiesto esta penosa situación, sino que la ha empeorado dado que a las enfermeras se les deniegan los días de libranza por falta de personal, las festividades de noche no se están cobrando, sólo cobran el plus del día festivo, el personal que trabaja de día solo puede cobrar 7 de los 14 días festivos que se le obligan a trabajar.
Ahora, por si fuera poco, al descontento y cansancio generalizado de una plantilla exhausta a QuironSalud se le ha ocurrido incentivar sólo a la categoría de enfermería con 2100€ brutos con unas cláusulas abusivas:
Como esta situación laboral es insostenible está generando una situación de estrés físico y emocional inmediato en la plantilla con repercusiones directas en la atención al paciente.
Por un lado, los centros de atención sanitaria privada están recibiendo pacientes procedentes de la pública por los que está cobrando cantidades importantes de dinero. CGT denuncia éste incremento de las cargas laborales sobre una plantilla menguada, por una huida hacia la sanidad concertada y pública que ofrecen mejores condiciones de trabajo y una mejor retribución salarial, y el no reconocimiento de nuestro trabajo, ni laboral ni económicamente.
Todo ésto afecta directamente en la calidad asistencial de los pacientes que reciben la atención de un personal exhausto, maltratado y mal remunerado.