Bellvitge vuelve a ser noticia y no por ningún descubrimiento médico ni nada por el estilo, sino porque la Dirección del centro se empeña en cerrar plantas, un total de más de 200 camas.

Trabajadoras, pacientes y vecinas han desenterrado el hacha de guerra y se han vuelto a unir, como ya lo hicieran anteriormente, para combatir una medida del todo injusta y partidista.

No se entiende el cierre de plantas mientras en urgencias se hacinan pacientes a la espera de asignación de camas. No se entiende que Bellvitge, por su posición geográfica, lo que hace  que sea centro de referencia de numerosos usuarios, se empeñe en cerrar plantas, lo que desde CGT consideramos una temeridad.

Gracias a la resistencia popular se ha conseguido paralizar el cierre de la planta 9 y 12, no sin sanciones y represalias para las trabajadoras implicadas, medidas que en absoluto están haciendo mella en un Hospital con tradición de lucha contra las injusticias sociales.

Están jugando de nuevo con la salud de las personas, algo que no se va a permitir.