Las elecciones europeas están a la vuelta de la esquina, y ésta colonia alemana llamada España debe hacer bien sus deberes.

Sí, colonia alemana, eso es en lo que nos han convertido los amigos del capital, los liberales de turno, que se plegan a los deseos europeos a cualquier precio, que se arrodillan a lamer todos los culos posibles, porque saben que cuando lo han hecho ya no hay marcha atrás, bajo amenazas de organizaciones llamadas «Agencia de calificación» de las que nadie conoce su procedencia ni a quien pertenecen; véase Fitch, Moody’s o Standard & Poors, entes que se dedican a hundir o reflotar países dependiendo de sus propios intereses, apoyados por la denominada «Troika», triunvirato formado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Central Europeo (BCE) y Comisión Europea (CE): «Portaos bien chicos y hacerme una buena felación o me veré obligado a rebajaros el bono basura, la prima de riesgo y su puñetera madre»

Y así confiamos en un ente etéreo para satisfacer sus ansias de poder, ajenas a las de cualquiera de los países que forman la UE.

Así que cuando salgan los lameculos de siempre diciendonos lo bueno de votarles a ellos, acordémonos quien está detrás de todo este circo.