LEY MORDAZA: Y QUEDATE EN CASITA
LSC (Ley de Seguridad Ciudadana) no es más que un concepto jurídico indeterminado, ya que no se puede especificar exactamente que lo que aparece en dicha ley sea realmente seguro para el ciudadano (¿una manifestación es insegura, repartir pasquines lo es?)
Nos regalan miedo para vendernos seguridad y no hay mejor estrategia que criminalizar a los movimientos sociales (como ya hemos podido ser testigos en muchas ocasiones), a los que mediante montajes policiales, equiparan a terroristas porque el Estado tiene miedo, está perdiendo el control y eso no puede ser.
Lo curioso es que actualmente la sensación de inseguridad viene dada por aquellos delitos llamados «de cuello blanco», es decir, la que sufrimos por parte de banqueros, políticos corruptos y demás entes que forman parte del aparato del Estado.
Según los datos y estadísticas del propio Ministerio del Interior, promotora de esta reforma de la LSC, los delitos han bajado en toda España vertiginosamente (Madrid es la segunda ciudad más segura de Europa.) ¿Por qué entonces esta ley si España es un país seguro?.
La respuesta es sencilla: la reforma de la LSC se fundamenta y justifica con el auge de movimientos sociales como 15M, Democracia real ya, PAH, iaioflautas, plataformas vecinales, de trabajadores, sin papeles, etc, ecologistas, aumento de las organizaciones alternativas, CSOs… y con la autodefensa de los barrios (Gamonal en Burgos, Barceloneta contra los pisos patera para turistas, Gracia contra la gentrificación del barrio, Can Vies en Sants…).
Pero no es hasta la concentración estatal de «las marchas por la dignidad del 22M» donde 2 millones de personas confluyeron en Madrid desde todas partes de nuestra geografía, que el Gobierno se plantea un anteproyecto de reforma.
No es hasta después de las elecciones europeas y con la deriva independentista del 9N en Cataluña que el Gobierno estructura su anteproyecto convirtiéndolo en proyecto de ley que endurece considerablemente la LSC, siendo la más restrictiva de Europa.
Con la excusa de acabar con los vándalos que queman contenedores se reforma la LSC hasta límites nunca vistos. ¿Realmente va enfocada a acabar con esos 4 vándalos? Pensemos por un momento en las concentraciones «peligrosas» y pongamos un ejemplo:
Una concentración de 5 mil personas, de las cuales vemos sólo un grupo de unos 100 “encapuchados” (siendo muy generosos), de los cuales hay que sacar a los secretas infiltrados, lo que bien puede hacer que el número baje a 80, y de estos a ver cuantos son vándalos, porque nos quedamos con la mitad… ¿realmente se reforma una ley por 30 personas?, ¿realmente se reforma una ley con el coste económico que eso supone, con el coste social y político que todo esto implica? La realidad es otra.
Esta reforma no sirve para otra cosa que no sea la desmovilización ciudadana (individual o colectiva) ante el atropello político del PP hacia la población. Es más, esta reforma atenta contra los derechos fundamentales recogidos en la Constitución como son la libre deambulación o el derecho a manifestación o huelga, volviendo a tiempos pretéritos que a muchos les pueden ser conocidos, ¿que esperamos de un Gobierno sucesor de Franco?
Estas medidas nos acercan cada vez más a un estado policial, no al que todos pensamos de las calles tomadas por la policía, sino al de dejar en sus manos todos estos derechos, ya que ahora dependeremos de la policía. Pasaremos de ser “inocentes hasta que la ley demuestre lo contrario” a ser “culpables hasta que nosotros demostremos lo contrario”, algo imposible dada la presunción de veracidad de la policía.
La sanciones son administrativas, lo que evita nuestra defensa, no como pasaría en un delito penal, en el que hasta que no hay sentencia no hay culpa. Ahora pasamos a ser culpables directamente porque un policía lo dice. Las multas son tan altas que pueden arruinar a muchas familias, porque lo que hasta ahora se consideraba sanción mínima, que era de 100€ a 300€, pasa a ser de 3.000 a 30.000€ y en ellas se incluyen 17 delitos, como el de hacer pintadas, concentraciones no comunicadas, escraches o evitar deshaucios. Las sanciones más elevadas pasan a ser de 600.000€, una locura !!! Y fijaos que en ningún momento se habla de asesinatos, robos, palizas, tráfico de drogas o armas, vamos, lo que preocupa de verdad a la población.
Todos estos datos podéis verificarlos en la web del Ministerio del Interior, en el enlace: